Contenido y forma

Ya sé que para algunos tanto museo y tanto itinerario cultural no son otra cosa que patéticas simulaciones. También he tenido esa sensación en algunas ocasiones.

Artículo puesto en línea el 24 de agosto de 2006
última modificación el 28 de agosto de 2006

por Prenseru

24/8/2006

La Voz de Avilés - El Comercio

LA LUCIÉRNAGA

Contenido y forma

PABLO GARCÍA/

Ya sé que para algunos tanto museo y tanto itinerario cultural no son otra cosa que patéticas simulaciones. También he tenido esa sensación en algunas ocasiones.

Sin embargo, me resisto a creer que sólo tenga atractivo e interés lo excepcional. En nuestro caso, la reducción de las actividades mineras e industriales está dando lugar a descubrir estos espacios desde una nueva perspectiva: la de su patrimonio.

Ello nos lleva a una idea recurrente dentro del mundo de la defensa de las huellas del pasado: la valoración del patrimonio no puede darse sin conocerlo y, aún más, sin educar y sensibilizar para entender el por qué de su importancia.

Pero el patrimonio debe servir, además de cómo testimonio de un pasado más o menos reciente, para explicar toda una serie de procesos productivos, urbanos y sociales que se han dado en un contexto determinado y explican la razón de ser de una comunidad y su territorio.

Llegar a entender que ’lo minero-industrial’ también es patrimonio y que, además, es un legado que nos define y caracteriza como habitantes de un determinado contexto, debe ser el objetivo prioritario de un proceso educativo de toma de conciencia.

Cuando algo es importante para nosotros tendemos a conservarlo y a cuidarlo. Si además somos conscientes de la relevancia que puede tener para los demás, el compromiso con la protección se intensifica y además se acompaña de una actitud de transmisión: provocamos un ’contagio positivo’ hacia los demás.

En tal sentido, la realidad patrimonial posee unas potencialidades extraordinarias para trabajar desde la educación, de forma asociada a los procesos de identidad individual y colectiva.

Enseñar a conocer y valorar el patrimonio minero e industrial de las comarcas del Nalón y el Caudal, hace posible entender que muchos elementos del paisaje construido más próximo pueden ser tan importantes como un castillo, monasterio, iglesia o palacio, en tanto que pueden atesorar una capacidad de expresión de valores simbólicos, históricos, culturales, técnicos y sociales mucho más fecundos.

Al final, todo es cuestión de saber presentar con virtud el contenido sin quedarse sólo en el continente. Es decir, ir un poco más allá de las apariencias y sus formas. O lo que es lo mismo, no quedarse en el escaparate.