Premiu Truyés 2005
Artículo puesto en línea el 11 de febrero de 2006
última modificación el 22 de diciembre de 2006

La Foz del Pielgu decidió conceder el Premiu Truyés 2005 a:

Francisco y Leonor de Ca Ramón de Basilisa en Nuña (Cancienes, Corvera)

L’actu ye el Sabadu 11 de Febreru a les 13:30 hores na so quintana en Nuña.
Entregarase una pieza de cerámica del artesanu Javier Casañez y una ilustración de la decoración de la so panera fecha por el historiador Jesús Antonio González Calle.

El Premiu Truyés concédese a aquelles persones o colectivos que destaquen na preservación del patrimoniu y la memoria hestórica ya cultural de Corvera. Esti premiu, que damos por segundu añu, quier reconocer a una familia que amás de caltener vivu el patrimoniu dexonos esclucar na so memoria familiar. Gracies a la so disposición pudo localizase y estudiase el Taller de Nuña que nel primer terciu del Sieglu XIX dexonos bonos exemplos de paneres decoraes.


Discurso

Buenos días a todo los presentes:

La Plataforma Foz del Pielgu, para la defensa del patirmonio
histórico-cultural de Corvera, se ha convoado hoy para hacer entrega de la
segunda edición del Premio Truyés, correspondiente a 2005, aunque por
problemas técnicos y de agenda lo hagamos con algo más de un mes de retraso.

El año pasado, desde la impotencia, el premio fue concedido a Dulce
Barrios, de Trasona más que nada como una despedida a dos familias
expulsadas de su tierra ancestral, poco antes de ser arrasadas sus casas y
maltratados día a día sus hórreos, pese a tantas leyes que en teoría
garantizan su inviolabilidad. El caso de Truyés, junto con dos casas
mariñanas bárbaramente demolidas (una en Los Campos y otra en Robés-Trasona)
y el incendio provocado de la mejor panera de Los Campos es el triste
balance de dos años en los que nadie se responsabiliza de estos actos.
Estamos prisioneros de las compañías constructoras y en manos de intereses
políticos mezquinos de los que siempre sale perjudicado el hombre del campo
y, con él, nuestra herencia cultural.

Pero hoy queremos poner un contrapunto a ese panorama desolador. Hoy
estamos aquí en buena compañía, en la de Francisco Álvarez y Leonor
Rodríguez, "Nora", los dueños de Ca Ramón de Basilisa, una de las caserías
más populares de Nuña. ¿Y qué tiene de especial Ca Ramón de Basilisa, me
diréis? Pues mucho: una sensacional panera decorada con puertas y colondras
talladas. Datable en la década de 1820, presenta un frente principal con un
estudiado ritmo y simetría. La colondra central, con su doble motivo: una
palmeta y cuatro círculos entrelazados; las dos puertas, mucho más
recargadas: casetones con diversas particiones: en aspa, en rombo o
indivisos, cubiertos con rosetas vegetales de diversas formas.

Más hacia los extremos, tenemos colondras más sencillas con enormes y
rotundos rosetones, y más allá aún, como contrapunto a las puertas, las
colondras cuarteronas, con buena decoración en torno a sus ventanitas
cruciformes.

En los costados de su excelente corredor aparecen dos nuevas colondras
de diseño único. La del costado izquierdo, parecida a las del frente
principal, y la del costado derecho con una genial composición unitaria en
torno a un singular vano circular.

Pero además de esto, Ca Ramón de Basilisa y su panera tienen una
importancia histórica, ancestral. Los antepasados de Leonor, nuestra
homenajeada, fueron durante generaciones constructores y seguramente también
tallistas de paneras y hórreos. De sus manos salieron no sólo esta panera
que vemos aquí, sino otras siete más, extendidas entre Villalegre y Solís,
Trasona y Villa.

Estas ocho paneras y hórreos constituyen por sí solos el grupo decorado
más característico de Corvera, y ya han pasado al mundo del conocimiento
etnográfico y del arte popular bajo la marca de denominación historiográfica
de "Taller de Nuña", sin duda uno de los mejores en su estilo en todo el
área central asturiana, desde Pravia a Villaviciosa, y desde el cabo Peñas a
la cuenca del Nalón.

Es cierto, por desgracia, que estamos asistiendo a la pérdida de
algunos ejemplos de este grupo, pero a pesar de todo, aquí tenemos a la
panera madre del Taller de Nuña, tal vez no lustrosa como una pieza de
museo, pero viva, en uso y en pié por muchos años, lo cual creedme que no es
poco, y ello gracias a los cuidados de Francisco y Leonor, que esperamos que
continúen sus hijos.

Ellos solos, con su esfuerzo, sin ayudas oficiales, han posibilitado
que podamos disfrutar, contemplar y estudiar lo mejor de nuestro patrimonio.
Leonor, Francisco: gracias por vuestra labor y buena disposición. Aquí
os entregamos este merecido aunque modesto premio. Un aplauso para ellos.

Jesús Antonio González Calle.