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GOZÓN

En busca de los montes perdidos

31.10.11 - 02:38 - PEPE G.-PUMARINO | LUANCO.

Foto: El ’Cotiello’, antiguo monte comunal de Gozón, situado en la sierra de Peroño :: P. G.-P.

El autor, que empleó más de un año en el trabajo de investigación, evidencia el secular abandono existente del patrimonio del concejo

El geógrafo Manuel Hernández critica la situación de los bienes rurales de Gozón

Primero fue el Archivo Municipal, después el Archivo Provincial y, finalmente, loas actas notariales de diferentes épocas. Un profundo trabajo de investigación el de Manuel Hernández que evidencia el secular abandono por las autoridades municipales del patrimonio público de Gozón. Una información que se adelanta a los acontecimiento actuales -comenzó a ser elaborada hace tres años- y que ahora cobra actualidad por los debates suscitados en la Corporación Municipal sobre la aprobación del inventariado patrimonial del Ayuntamiento. Este licenciado, que fue candidato del PAS por Gozón en 2003, residente en el concejo, con sus averiguaciones «sonrojaría» a los responsables municipales. En su trabajo en la Revista ’Ería’, que edita el Departamento de Geografía de la Universidad de Oviedo, demuestra que en la década de los años 60 todavía existían 21 hectáreas, 19 áreas y 10 centiáreas (más de 21 campos de fútbol), repartidas en 123 fincas por todo el territorio del concejo de suelo público. El dato fue extraído del ’Amalliramiento Rústico del Concejo de Gozón’. Un detalle que no aparece en el actualizado catálogo municipal y que representa un importante montante económico para el Ayuntamiento. Pero sus investigaciones (que parten de 1861), rescatan algunos hechos que reflejan a las claras el deterioro de los bienes públicos repartidos en las pedanías del concejo. De hecho, en esa fecha, 1861, la superficie ocupada por los montes comunales de Gozón era de algo más de 150 hectáreas.

Eran terrenos de aprovechamiento común por los vecinos. Y se localizaban, preferentemente, en la periferia del municipio, ocupando los suelos pobres de la rasa y de las superficies alomadas o «grandas» del interior. También tenían este carácter comunal los suelos de marismas, como las de San Sebastián, en la margen derecha de la ría de Avilés. Por su extensión, destacaba el monte Estrellín, con una superficie de cien hectáreas, que era explotado por los vecinos de las parroquias de Laviana y de Santiago de Ambiedes.

Le seguían en importancia La Granda de Les Ovies, en las parroquias de Ambiedes y Cardo, y la Meseta del Cabo, de común aprovechamiento por los vecinos de las parroquias de Viodo y Verdicio, con algo más de doce hectáreas cada uno. La Sierra de Peroño, en la parroquia de Luanco, y el terreno común del Arguedal, en la parroquia de Bocines, con cinco y ocho hectáreas de superficie respectivamente, figuraban a continuación en el inventario de 1861. Espacios comunales que fueron sufriendo una merma constante a lo largo del tiempo.

Denuncias y corrupción

Así, los mejores terrenos de las marismas de San Sebastián «fueron ocupados en una extensión considerable en la época constitucional», según consta en un acta de 1826. Otro tanto ocurrió con el monte de La Granda de les Ovies, que fue «acotado por los vecinos de Perdones y Bardasquera desde tiempo inmemorial, habiéndose construido en él viviendas y tierras de labor». También los mejores suelos del monte de La Meseta del Cabo fueron, según consta en el expediente de 1861, «subdivididos convenientemente entre los vecinos» a mediados del siglo XIX.

En el trabajo se señala que no siempre se procedía a un reparto equitativo entre los labradores. Con frecuencia, los medianos hacendados, algunos de ellos aprovechándose de algún cargo público, llevarán a cabo importantes usurpaciones de estos bienes. Las denuncias serían numerosas en este sentido. varios concejales se verían involucrados en ocupaciones en varios montes diferentes. Otros, que fueron denunciados por apropiarse de terrenos a costa del dominio público y con propiedades inmersas en estos espacios comunales, llegarían a ser nombrados alcaldes. Aún quedan los montes de La Cabrera y La Cueva como terrenos comunales de reliquia en el concejo.

El abandono de los terrenos comunales por las administraciones locales, sigue siendo causa de conflictos entre la población rural. Buena prueba de ello, como señala el autor del trabajo, Manuel Hernández Barrios, es la reciente adquisición de suelo en la parroquia de Verdicio destinado a la construcción de un complejo residencial y de golf. Muchos de los supuestos propietarios del suelo se opusieron a la operación al no poder demostrar en el registro la propiedad de sus tierras, por lo que no pudieron entrar en la operación. Las servidumbres de paso y los caminos rurales son también otro motivo habitual de disputa vecinal