Ruta que dará a conocer los vestigios de la Guerra Civil en el monte Pedroso
Artículo puesto en línea el 10 de febrero de 2011
última modificación el 14 de febrero de 2011

por Prenseru

http://www.elcomerciodigital.com/v/20110214/bajo-nalon/bosque-donde-paro-guerra-20110214.html

BAJO NALON

El bosque donde se paró la guerra

14.02.11 - 02:17 -
RAFA BALBUENA | CANDAMO.

La asociación ARAMA de historia militar y el Ayuntamiento estudian crear tres rutas de monte para preservar «un legado único»

La sierra del Pedroso, en Candamo, alberga más de 50 restos de edificaciones de la Guerra Civil

Aparentemente es un bosque como cualquier otro de los que hay en Asturias. Es más, para los avilesinos es uno de los montes más concurridos en primavera y verano. Pero la sierra del Pedroso, en Candamo, que cuenta con el área recreativa de La Degollada, es un monumento a nuestra historia casi reciente, ya que alberga más de cincuenta restos de edificaciones bélicas del período 1936-1937. O lo que es lo mismo: en este pinar, el paisaje ha quedado prácticamente intacto desde la Guerra Civil.

En su catalogación y conservación está fuertemente implicada la asociación ARAMA, destinada al estudio del conflicto en Asturias, y que ha localizado el 95% de restos arqueológicos (porque como tal están considerados). «La sierra es una parte importante del frente bélico, que parte de la costa desde San Esteban de Pravia y que concluye prácticamente en las estribaciones de la cordillera», explica el presidente de ARAMA, Artemio Mortera.

En el Pedroso, que además hace de divisoria entre los concejos de Candamo y Las Regueras «se llevaron a cabo los últimos movimientos bélicos del frente norte occidental, antes de la desbandada republicana hacia Gijón», refiere Enrique Menéndez, secretario de la Asociación. Ambos relatan las circunstancias bélicas del entorno mientras conducen hacia los restos más importantes, a la par que en este lugar agreste se cruza algún corzo, poco antes de llegar al parque eólico de la sierra, lugar donde conviene no mirar mucho al cielo ni al espléndido paisaje. Allí, a poco más de veinte metros de la pista, hay que pisar con cuidado. Entre la maleza, se divisa un hueco en el suelo. Es nada menos que una trinchera, que se conserva «tal cual se excavó, sólo que un poco acolmatada por la acumulación de barro, piedras y agua», explica el historiador Félix Feito, también integrante del equipo.
Un pequeño salto y se puede atisbar que la guerra no era una excursión. «Imagínese como era esto cuando tienes encima una nube de metralla, lloviendo y llevando tres semanas esperando a que llegue el reemplazo», razona Mortera. El trayecto de la trinchera, sinuoso y pasados 75 años del comienzo de la guerra, conserva su parte más interesante al final. «Este nido de ametralladoras era muy útil», explica Mortera, «quien lo tuviese bien defendido podía mantener la posición por tiempo indefinido».

Refugio

Bajando del parque eólico, y adentrándonos en la espesura del bosque, nos encontramos con otro nido de ametralladoras, en esta ocasión peor conservado. «Lo normal es que con la victoria de Franco, se aprovechasen todos los elementos para otras construcciones, ya en tiempo de paz», explica Menéndez. Se ven, no obstante, los ladrillos de la casamata y algún hierro bien forjado. «Si han durado tanto, es porque esta construcciones están muy bien hechas, son sólidas», refiere Feito.

Pero cien metros más allá, al borde de la pista, un hueco en la cuneta esconde una sorpresa. «Esta cueva fue excavada aprovechando una caverna, y se utilizó como refugio, puede que para víveres o armas, o incluso para bombardeos» especifica Mortera mientras muestra la oquedad, de 12 metros de profundidad. Su valor está «en que permite otra visión ’in situ’ de la guerra». Ahora que sólo quedan unas pocas decenas de combatientes vivos para dar testimonio «estos restos nos cuentan mucho».

El futuro de los restos pasan «por hacer tres rutas de monte, a propuesta del Ayuntamiento de Candamo, para poder fomentar el estudio de este legado de nuestra historia, sin partidismos, para ofrecerla con veracidad», resumen los tres.


http://www.lne.es/centro/2011/02/07/turismo-atrinchera-candamo/1030282.html

Pravia y bajo Nalón

El turismo se atrinchera en Candamo

Miembros de la asociación promotora de la futura ruta que dará a conocer los vestigios de la Guerra Civil en el monte Pedroso visitan el recorrido

Foto: Exterior de un nido.

La Reigada (Candamo),
V. DÍAZ PEÑAS

«Si el patrimonio militar del monte Pedroso de Candamo es tan importante es principalmente porque en una zona relativamente reducida nos podemos encontrar una variada tipología. Aquí podemos encontrar todas las distintas construcciones que se levantaron durante la Guerra Civil». Quien así habla es Enrique Menéndez, secretario de la Asociación para la Recuperación de la Arquitectura Militar de Asturias (ARAMA). Una veintena de personas, conducidas por Menéndez, visitó el futuro recorrido por esta sierra, que pretende revalorizar valor y difundir un legado del pasado que ha permanecido prácticamente intacto durante casi setenta y cinco años.

La visita sirvió para testar lo que será una red de casi 18 kilómetros, divididos en tres recorridos, que pretenden poner en marcha ARAMA y el Camín Real de la Mesa. Menéndez explica que las obras comenzarán en unas semanas y podrán estar listas de cara al verano. Se desbrozará y limpiará el entorno de las construcciones, se señalizarán y acondicionarán los caminos y se reconstruirá una posición. «Esta especie de parque militar tendrá paneles explicativos y servirá para dar a conocer un lugar clave en el desarrollo de la contienda española», apunta.

Menéndez augura que esta iniciativa será buena para el concejo y para la población. «En los últimos años el turismo militar va ganando adeptos. Mucha gente podrá conocer el lugar donde combatió su abuelo, por ejemplo. Así que el proyecto no sólo servirá para recuperar y revalorizar este patrimonio olvidado, también servirá para dinamizar el concejo a nivel turístico», comenta el miembro de ARAMA.

La agrupación ha contabilizado casi una treintena de construcciones, entre las que hay casamatas, baterías de artillería, puestos de mando, nidos de ametralladora, pozos de tirador o refugios. Y todo ello sin olvidar las trincheras, que en algunos casos tienen dos metros de profundidad y cuentan con una extensión de casi doce kilómetros. Todas estas construcciones estarán comunicadas por la senda para peatones y ciclistas que se habilitará en los próximos meses.

Pero hay más. Como recordó Enrique Menéndez, este sendero es la primera fase de un proyecto aún más ambicioso. Se tiene en mente habilitar un museo dedicado a la contienda en el concejo de Candamo. Además, también se quiere recuperar otro puesto militar ubicado en lo alto de la Peña de San Román, muy cerca de la cueva prehistórica. Y es que, como incide Menéndez, el municipio de Candamo es una auténtica joya en cuanto a patrimonio militar se refiere. Sólo hay que verlo.