LLANTO POR LA PANERA DE LOS CAMPOS (CORVERA)
Artículo puesto en línea el 15 de septiembre de 2005
última modificación el 17 de agosto de 2010

por Jesús Antonio González Calle

Entre todos la mataron y ella sola se murió... es decir, se quemó. Todavía en 2002, el barrio corverano de Los Campos podía
enorgullecerse de un más que notable conjunto artístico-etnográfico formado por una casa mariñana de corredor y una excelente
panera ricamente decorada con tallas y pinturas, todo lo cual presentaba además un buen estado de conservación que nada
hacía presagiar. Pero ya entonces la pasada corporación municipal había previsto en sus fastuosos folletos pseudoelectorales la
construcción de una serie de chalets en aquel solar. ¿Había en el solar una casa mariñana? Sí. ¿Había panera? Sí. Si se van a hacer
chalets, entonces, ¿qué pasará con la casa y la panera? N.S./N.C.: nadie sabe, nadie contesta".

Total, que el avispado promotor interesado se encarga él solo de dar respuesta a tanta estúpida interrogante cuando en dos
días tira la casa abajo (diciembre de 2003), y por arte de birlibriloque desaparecen las dos puertas y la colondra medianera entre
ambas... que no eran simples tablones, sino tablones llenos de arte, de iconografía, de cultura... con aquella maravillosa colondra
que, entre muchos otros detalles, contenía la inscripción del año (1844) y el siempre pintoresco "Viva mi dueño". En lo que
se refiere a la casa, el promotor actuó sin preocuparse de obtener licencia alguna, lo que da buena cuenta de la impunidad con
que se actúa en Corvera para según qué cosas. Y en cuanto a lo de la panera, al promotor sólo se le ocurrió protestar... contra
una concentración de varias personas que, sensibilizadas con el robo, acudieron con una pancarta reclamando respeto y vigilancia
por el patrimonio corverano (La Nueva España, 4-II-2004).

Mientras, el actual equipo de gobierno corverano tardó meses en darse por enterado, sin que valieran para ello denuncias escritas
que se enviaron por registro, o sin que, casualmente, ningún concejal llegase a pasar por una de las zonas de mayor tránsito
de Corvera. Para escarnio de nuestros ediles, hubo de ser Consejería de Cultura quien, desde Oviedo, tomase alguna medida
efectiva como fue parar toda la obra. ¡Qué fastidio!, ¿no? A día de hoy, una urbanización menos parece una medallita menos para
nuestros imaginativos concejales, como si todo posible mérito de un gobierno municipal se redujera a "allanar" el terreno a la
construcción voraz, y como si no les aprovecharan de nada las enseñanzas de cursos municipales sobre Patrimonio que hace
algunos meses ellos mismos se encargan de promover.

Pero lo más retorcido del asunto es que el robo de la colondra y las puertas fue lo mejor que pudo pasarle a la panera. El 25-
V-2005, fecha que en el futuro habrá de tener un infausto recuerdo para la historia de Los Campos, en plena tarde (otra vez esa
impunidad...), la panera arde por varios costados, y se pierden así las colondras talladas que no pudieron robarse en su día. Tras
la quema, visto y no visto, equipos municipales barren el solar. Como si nunca hubiera habido panera. Y entonces, ¿qué se hará
con el solar? Humm... ¿No había una urbanización pendiente de hacer?

Con ello, Corvera pierde definitivamente uno de los grandes hitos del arte local del siglo XIX, y el incendio se consolida
como buen aliado "casual" del urbanismo voraz (nada más que recordar el ¿misterioso? incendio de una vaquería en Truyés en
diciembre de 2004... para que luego presuman Ayuntamiento y Promotora del "exquisito trato" recibido por la familia propietaria
para ver si se largan de una vez).

Con respecto no ya a la casa, sino a la panera de Los Campos, ¿hubo alguna declaración, lamento, valoración, etc. por parte
del alcalde, del concejal de Cultura, del de Urbanismo... de cualquiera que esté en el gobierno municipal? Ninguno parece conocer
nada sobre los signos de identidad del pueblo que gobiernan. Y lo peor es que son capaces de llenarse la boca hablando de
desarrollo, de turismo, de rutas, de lo verde que son los valles y lomas que dejan cargarse a base de palas y bulldozers. ¿Una
panera menos? Bah, home, queden muches...

Lo evidente es que la alcaldía y el concejalato, aun a sabiendas de todo lo ocurrido, callan y otorgan mirando hacia otro lado
como si tal cosa. Si alguna vez toman tierra, ojalá tropiecen con algún pegollo caído.