Cuando hace un año escribíamos en esta misma revista un artículo sobre hórreos y paneras
decorados en Corvera, incidimos una vez mas en la preocupación por el amenazante deterioro de
la panera de Casa García (Molleda): una espléndida panera del llamado “taller de Nuña”, tallada
en 1826 y con una riquísima policromía que realza notablemente todos sus motivos decorativos.
La panera de García se halla inserta en un interesante conjunto que incluye una casa de corredor
fechada en 1882 y adosada a otra muy anterior que últimamente sirvió como cuadra, así como un
molino, un horno y un lagar. Todos los edificios estaban en estado de abandono desde hacía ya
tres décadas, y, salvo la panera, presentaban una fase de ruina muy avanzada. Pero era cuestión
de tiempo el que la panera siguiera la misma suerte, pues los aguilones habían empezado a fallar
en el último año con el consiguiente riesgo de hundimiento del tejado y de la estructura de
madera. Sin embargo, y para nuestra sorpresa, el conjunto ha sido comprado recientemente por
RAMÓN JESÚS AMOR PÉREZ, quien está poniendo toda su voluntad en recuperar todo el
conjunto comenzando, con buena lógica, por salvar la panera. En una primera fase, ya cumplida,
y después de una laboriosa limpieza, se ha saneado toda la cubierta, además de derribarse algunos
añadidos en cemento que nada aportaban al conjunto. El cuidado de la restauración no ha podido
ser mayor, pues Ramón ha buscado directamente asesoramiento en el Museo del Pueblo de
Asturias, en la Consejería de Cultura, en el Colectivo Belenos..., sin haber desechado ninguna
sugerencia de los expertos consultados. Gracias a este voluntarioso joven, podemos decir que,
a día de hoy, una de las mejores paneras de Corvera ha conseguido salvarse en una actuación
modélica que cuenta al menos con el reconocimiento de vecinos y expertos, ya que no de las
instituciones locales.

Frente al caso anterior, la panera del barrio de Los Campos, uno de los más populosos de
Corvera, fechada en 1844 y dotada con tallas y policromía más sencillas pero no menos elegantes,
estaba anexa a una casa mariñana de corredor, con la que formaba un interesante conjunto que
además ofrecía un excelente estado de conservación que no hacía presagiar ningún riesgo de
deterioro. Sin embargo, los recientes planes urbanísticos, que para nada han tenido en cuenta los
escasos inmuebles de interés histórico o popular que han ido sobreviviendo en los barrios
corveranos, ya teman marcada la parcela para edificar tres bloques de pisos. De un día para otro,
a finales de noviembre de 2003, la casa apareció reducida a escombros, y pocas semanas después,
ante la indiferencia general de vecinos e instituciones, alguien ha desmontado las dos puertas y,
tras utilizar una sierra, también la colondra que había entre ambas, dejando así a la panera sin sus
principales elementos decorativos. Hoy día la panera permanece con este terrible boquete en su
frente, a la vista de todos los que pasan por la carretera. Es lamentable que en este país sean los
ladrones, expoliadores y coleccionistas listillos y sin escrúpulos los únicos que, a su triste manera
se interesan por nuestro patrimonio artístico y cultural mientras que, para todo un ayuntamiento,
lo único que ha pasado es que se ha “puesto en valor” un solar mas a costa de unos cuantos
pedruscos y unos pocos tablones de madera que en seguida todos habrán olvidado.