Alcuentren una muralla en Cangas de más de 4 metros d’altor

Un equipu d’arqueólogos asturianos ta acabante d’asoleyar una muralla d’un castru ástur de más de cuatro metros d’altor y en bon estáu de conservación. El castru asítiase en Tremáu Carbachu, conceyu de Cangas

Artículo puesto en línea el 11 de enero de 2007
última modificación el 18 de enero de 2007

por Prenseru

 Alcuentren una muralla en Cangas de más de 4 metros d’altor

 Los arqueólogos buscan ahora un poblado bajo la muralla de Tremao


11/01/07 AsturNews

Alcuentren una muralla en Cangas de más de 4 metros d’altor

Redacción

Un equipu d’arqueólogos asturianos ta acabante d’asoleyar una muralla d’un castru ástur de más de cuatro metros d’altor y en bon estáu de conservación. El castru asítiase en Tremáu Carbachu, conceyu de Cangas . Los directores del estudiu son Alfonso Fanjul, David Flórez y Alejandro García. L’estudiu del equipu arqueolóxicu cuenta col sofitu del conceyu de Cangas.
Amás d’esta muralla alcontráronse otres estructures defensives, qu’actualmente son obxetu d’estudiu pa determinar si formen parte del perímetru del castru. Los arqueólogos consideren que se podría tar énte ún de los mayores castros del suroccidente del país La investigación entamóse cola recoyida, por parte de los vecinos de Tremáu, de bien de pieces arqueolóxiques como partes de molinos, cerámiques, asina como aguyes de bronce o pliques.

L’equipu arqueolóxicu considera qu’el castru de Tremáu responde a les característiques de los castros ástures d’énte los sieglos IV enantes de la nuesa era y la romanización. Sicasí esiste documentación medieval que fala sobre la esistencia del castillu de Tremáu, polo qu’el castru pudo tener vitalidá entráu’l medievu.
Anguaño los investigadores alcuéntrese a la espera de recibir los permisos afayadizos pa continuar colos estudios d’esti poblamientu ástur.


12/1/06 El Comercio

Los arqueólogos buscan ahora un poblado bajo la muralla de Tremao

«Saber lo que esconde el yacimiento para protegerlo es lo más urgente», asegura David Flórez, director del equipo La segunda fase del trabajo se centrará en excavaciones

L. A. R./GIJÓN

Los arqueólogos buscan ahora un poblado bajo la muralla de Tremao
ARQUEOLOGÍA. Parte de la muralla castreña que ha ido quedando al descubierto. / E. C.

«Será el primer castro visitable de Cangas del Narcea»

El equipo de arqueólogos que estudia el castro de Tremao de Carballo, en Cangas del Narcea, espera encontrar ahora los restos del que fuera un poblamiento romano. Tras el fin de la primera fase de trabajos arqueológicos que han puesto de manifiesto la existencia de la muralla castreña «mejor conservada de un castro asturiano» y que data de entre el siglo VI antes de Cristo hasta momentos avanzados de la romanización, los investigadores han solicitado los permisos pertinentes a la Consejería de Cultura del Principado de Asturias para continuar las prospecciones.

Según explicó ayer el director del equipo, el arqueólogo David Flórez, «la idea es hallar el hábitat que encierra esa muralla. Definir todo su perímetro y sacar a la luz, en definitiva, el urbanismo castreño». La muralla, considerada de módulos por su estructura constructiva, es similar a las del resto del noroeste asturiano y podría servir a sus pobladores como defensa o bien para marcar el territorio.

Dado el tamaño de los restos que están en la superficie -tres metros de muralla- es posible, creen los arqueólogos, que en el subsuelo se esconda un rico yacimiento romano que el Ayuntamiento de Cangas del Narcea pretende convertir en un centro de visitas turísticas y culturales. De hecho, a lo largo de los años los vecinos de la zona fueron encontrando numerosas piezas desde cerámicas y herramientas a alhajas que «afortunadamente han tenido la sensibilidad de conservar», señala el arqueólogo.

David Flórez asegura que aún es pronto para hablar de plazos, «porque en este tipo de trabajos nunca sabes con lo que te vas a encontrar», y destaca que lo más urgentes es conocer lo que esconde el yacimiento para «protegerlo». Fue precisamente la necesidad de conservar un patrimonio de estas características lo que llevó a iniciar el estudio en 2005, a pesar de que fue ya en 1963 cuando el profesor José Manuel Caso catalogó los restos como un castro.

Uno de los aspectos que más llama la atención de los arqueólogos y que achacan a la «mera casualidad» es el buen estado en el que la muralla ha llegado a nuestros días a pesar de que está al descubierto. «El caso de este castro es raro porque habitualmente los restos suelen estar enterrados. La muralla de Tremao estaba en la superficie y, sin embargo, la vegetación ha podido con ella. Es una suerte». El siguiente paso será la documentación de los restos y el topografiado de la zona.