Xosé Ambás graba tesoros

Xosé Ambás, cantante de los grupos de folk «N’Arba» y «Tuenda», está considerado, pese a su juventud, como uno de los mayores expertos en folclore asturiano. Es un estatus que ha conseguido a fuerza de caleyar, de salir todas las semanas, desde que tenía 14 años, a buscar informantes, como él los llama, que se presten a dejar grabado en una cinta un tesoro de cuentos y cantares que cualquier día, si Ambás no se hubiera cruzado en su camino, se los habría llevado el tiempo. Su archivo sonoro, y ahora también audiovisual, pasa por ser el más nutrido de la región sobre tradición musical.

Artículo puesto en línea el 5 de noviembre de 2006
última modificación el 11 de mayo de 2011

por Prenseru

http://www.elcomercio.es/v/20110305/cultura/clara-tradicion-20110305.html

XOSÉ ANTÓN FERNANDEZ, AMBÁS MÚSICO

La voz clara de la tradición

Es una de las personas que mejor conoce la música popular asturiana y ha conseguido que muchos sepan más de ella a través de la televisión. Rescata el pasado y con ella hace música de futuro

05.03.11 - 03:34 -
RAMÓN LLUIS BANDE |

Xosé Antón Fernández, Ambás (Grau, 1974) es la persona que más y mejor conoce los secretos de la música popular asturiana. Ahora, convertido en un referente televisivo por su trabajo en la serie documental ’Camín de Cantares’, continúa con la misma pasión: nuevo disco de Tuenda, nuevo proyecto en la TPA, decenas de colaboraciones... Nunca me había imaginado que existieran talleres de trabajo creativo tan grandes. El de Xosé Ambás ocupa un país entero. Hay pocos pueblos asturianos a los que no se acercara con su cámara fotográfica, su grabadora, sus panderos y sus panderetas... Antes, cuando todavía no salía en la televisión, entraba en el chigre del pueblo, observaba y preguntaba a los parroquianos por las personas que recordaran canciones antiguas, romances, danzas o supieran tocar algún instrumento. Con su gran capacidad de empatía y la honestidad lúdica de su acercamiento, siempre había alguien que le daba algún nombre y le indicaba alguna casa. Ya en la casa sacaba, además de su cercanía y sus múltiples conocimientos de la cultura popular que lo hacían familiar desde el primer momento, sus herramientas de trabajo antes citadas. Apretaba el REC de la grabadora y recogía una parte de la sabiduría popular acumulada durante siglos en alguno -generalmente alguna- de sus últimos depositarios. Este trabajo repetido una y otra vez, día a día, semana a semana, año tras año, dio como fruto uno de los proyectos culturales, sociológicos e identitarios más importantes de las últimas décadas, el Archivu de la Tradición Oral d’Ambás, miles de grabaciones de cantares, danzas, romances, cuentos, historias, descripciones de bailes y de tradiciones perdidas... Un tesoro para todo el mundo que quiera saber algo sobre nuestro patrimonio inmaterial o para cualquier persona interesada en buscar respuestas a esa pregunta tan importante pero tantas veces ignorada: ¿quién somos los asturianos? ¿qué nos hace ser cómo somos? Pero, claro, esta dedicación tuvo que tener un origen, ¿cómo llega Ambás al mundo de la cultura tradicional? «En realidá nunca llegué a la cultura tradicional porque nací inmersu n’ella. De lo que seguramente si me di cuenta nun momentu determináu ye que toos aquellos elementos que m’arrodiaben yeren una cultura que tenía interés, que yera diferente a les demás y que yo pertenecía a ella». Ambás nació a primeros de los setenta en el pequeño pueblo de la montaña de Grau que le cedió el apodo.

En esa época todavía pudo entrar en contacto con una cultura tradicional bastante viva: «Siempre aprecié que na mio casa se cantare, que se ficiere quesu Afuega’l Pitu, propiu de la zona, o que mio padre tuviere ganao del país...». Inmerso en esa forma de vida, sin mucha relación con ningún contexto urbano, con la llegada de la adolescencia, a los 13 o 14 años, quiso aprender a tocar la gaita: «Nun primer momentu, en casa nun lo vieron mui bien porque los gaiteros siempre cargaron cola pior fama na cultura tradicional: mangantes, borrachos... Pero yo quería una gaita y un tíu-güeulu míu que tamién yera mui aficionáu regalóme una. El día qu’esi tíu miu apaeció con la gaita en casa decidí, ensin ser mui consciente de lo que significaba esa decisión, meteme nel mundu de la música tradicional». Sin ningún conocimiento musical previo, Ambás intentaba sacar a la gaita las tonadas de su padre o las danzas de su abuela y, para hacer más fácil ese aprendizaje tuvo la intuición que marcaría toda su vida. «Foi nesi momentu tamién, cuando empecé a grabar con un radiocasete que teníemos per casa los cantares de mio güela. La única intención que teníen eses grabaciones yera poder sacar los cantares a la gaita...».

En ese momento recién descrito se resume con claridad toda su dedicación posterior, en su doble variante: estudioso de la tradición que recoge casa por casa los restos de nuestra cultura inmaterial y músico contemporáneo que los reelabora, desde el respeto escrupuloso a la tradición pero con visión de futuro. Con intención de ayudar a construir el mañana, lejos de las miradas nostálgicas y reaccionarias al ayer. Ambás no puede estar más agradecido a la gente que compartió con él a lo largo de los años sus conocimientos, muchas veces minusvalorados y olvidados por el común de sus compatriotas: «Gracies a la recoyida de materiales pasé de ser un rapaz que namás conocía un entornu mui limitáu -el familiar y la vecindá- a tener una visión mui amplia de la cultura tradicional del mio país: féxome conocer la realidá llingüística, la realidá musical, la realidá cultural... Tolo que fui sabiendo foi gracies al mio trabayu de recoyida de materiales per tol país, foi como la mio Universidá popular... Conozo de primer mano toles manifestaciones de la cultura tradicional gracies a patear el país pueblu per pueblu y casa per casa... Esto fai que seya difícil vendeme cualaquier moto alredol de la nuestra cultura tradicional y por eso tampoco soi más papista que’l papa. Conozo la pluralidá de la nuestra realidá cultural». Este conocimiento vivido de la realidad que trasciende lo musical y lingüístico para atrapar cualquier otra realidad de la Asturies eterna (geográfica, social, etnográfica...) le lleva también a reflexiones ácidas que, sin poder evitarlo, le dejan mal sabor de boca pero que su honestidad le lleva a no silenciar: «Un sector del asturianismu nun entendió la cultura tradicional asturiana. L’asturianismu ye un movimientu urbanu y munches veces nun conoz de primer mano la realidá cultural del pueblu. Pa ellos ye mui fácil avanzar con normes y con estándares porque al desconocer la realidá nun tienen nenguna barrera... Too p’alantre... Nun tienen nenguna atadura col mundu tradicional... La xente de los pueblos, a la que yo m’acerco coles mios grabaciones, representa al país real, ye la xente pola que tien que pasar cualquier formación d’identidá n’Asturies. El pueblu asturianu tien que conocese pa construir el futuru. Un futuru inventáu, polo menos pa los que conocemos el país, ye un proyectu que nun va mui p’allá». En unas semanas, otra de las facetas por las que Ambás es más conocido, el grupo Tuenda, una eficaz herramienta musical para construir el presente musical del país en sintonía con su pasado, pondrá en la tiendas, en perfecta continuidad con la excelencia de sus dos trabajos anteriores, su tercer disco: «Tuenda basa’l so trabayu exclusivamente en reellaborar temes tradicionales de toles zones d’Asturies, respetando les melodíes y les variantes llingüístiques d’esti país, a los que tanto Pepín de Muñalén como Elías García, que son dos músicos escpecionales, añeden arreglos arriquecedores».
La aparición de Tuenda en la música asturiana supuso un cambio de paradigma en la escena folk, más preocupada hasta ese momento en encontrar una sonoridad atlántica o céltica que en ser reflejo fiel de la propia cultura musical. «Tuenda conectó con una demanda social existente. La xente cansó de determinaes propuestes musicales y quería una vuelta a los soníos más propios, más tradicionales, que recuperaren les nuestres estructures musicales y los nuestro ritmos, que valiere pa baillar a la manera de siempre... Tengo la sensación de qu’agora la xente demanda más identidá». A la vez, Ambás también trabaja en la continuación de ’Camín de cantares’ que con cambios notables en el formato volverá a la TPA en los próximos meses: «Ensin dexar el patrimoniu oral y la música popular, que van siguir siendo la exa central de la serie, vamos a abrir la mirada a otres realidaes de la nuestra cultura material». «Tengo la sensación de qu’agora la xente demanda más identidá na música asturiana», comenta el investigador y músico.


5/11/2006

La Nueva España

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Los otros (Las personas que marcaron a los asturianos más descatados)

Xosé Ambás graba tesoros

POR: EDUARDO LAGAR

En Las Murias se van juntado todos los vecinos que quedan en ese pueblo del concejo de Grado. «¿Tú no hablas nada fino, eh?». María Josefa Tamargo le suelta esta rechifla al chaval que se ha presentado por allí, conduciendo un Seat Ibiza rojo y falando, con gran conocimiento, por cierto, la llingua del país. Ellas ya lo conocen de sobra, saben que no habla «fino». Es Ambás. Bien lo saben las vecinas de Las Murias y también en una multitud de pueblos de toda Asturias, donde será un puñadín de gente el que no haya sido entrevistado alguna vez por este joven de 32 años llamado Xosé Antón Fernández y conocido en todo el solar astur por el pueblo de Grado donde nació: Ambás.

Xosé Ambás, cantante de los grupos de folk «N’Arba» y «Tuenda», está considerado, pese a su juventud, como uno de los mayores expertos en folclore asturiano. Es un estatus que ha conseguido a fuerza de caleyar, de salir todas las semanas, desde que tenía 14 años, a buscar informantes, como él los llama, que se presten a dejar grabado en una cinta un tesoro de cuentos y cantares que cualquier día, si Ambás no se hubiera cruzado en su camino, se los habría llevado el tiempo. Su archivo sonoro, y ahora también audiovisual, pasa por ser el más nutrido de la región sobre tradición musical.

Ambás llegó a Las Murias para hacer una visitina a Pepa Fernández Álvarez, Pepa Las Murias, una enciclopedia viviente sobre la tradición asturiana, una de sus informantes más acreditadas y portada del disco de «Tuenda», un prodigio -muy vendido- de reinterpretación rigurosa de la tradición. Ambás le deja unas rosquillinas que ella agradece con un beso y al volver al coche es cuando se van juntando las vecinas y una le bromea con la llingua poco fina que gasta el ñeño y otra, que se llama Argentina Fernández, siguiendo con los asuntos del hablar asturiano, recuerda cuándo en la escuela la maestra la riñó por decir que venía «de abaixo» y ella le respondió que si a las vacas no les decía que tenían que ir «abaixo» no sabían si había que ir arriba o abajo. Luego Ambás, ya de camino, preguntará cómo será que hay quien diga que el asturiano no existe.

Ambás ha dedicado la mañana a visitar a sus tres informantes clave. Antes de a Pepa Las Murias fue a llevarle unos dulces a María Teresa Arias -Taresa de Restiellu- y a su marido, José Antonio Arias. Son roquillas también. «Hay que ser agradecido con esta xente que te da todo a cambio de nada». Se preguntan cómo va todo y Taresa de Restiellu sale a despedirlo a la puerta de casa y le pide que mire por casarse, lo mismo que diría una güelina que mira bien por uno. Después Ambás coge el coche y cuenta que hay una tercera mujer que lo marcó, una tercera informante que también hay que visitar.

 Llámase Celestina Ca Sanchu. Y ye mi güela de Ambás.

Ella está en casa. Vive con los padres de Ambás. Él va explicando: «Fue la que me crió. Mamé la tradición. Me fice adicto a la tradición. El timbre, el timbre de la voz de mi güela, metióseme dientro». Celestina Sánchez Fernández, Celestina Ca Sanchu, de 84 años, está en la cocina. Lo recibe con una sonrisa apacible. Diríase que se parecen físicamente. Abuela y nieto acaban de grabar un disco juntos para el Museo del Pueblo de Asturias. Ella canta y él la acompaña en los estribillos. Confiesa que ése sí que es el disco de su vida. Un rato después llegan unas visitas y le dicen a Celestina que vaya con el nieto, que sale en la radio, porque acaba de iniciar un programa en la emisora autonómica. Y ella añade muy quedo: «Y yo siéntolo hablar y echo a llorar».

 Mi güela, cuando se acuerda de una palabra antigua, una que está casi olvidada, apúntala y dízmela. ¿Cuál fue la última que me dijiste, güela?
Ella abre el tesoro, pronuncia despacio:

 Sambre.

 ¿Y sabéis lo que significa? Una pena, una pena dentro.