Santa María de Raíces, la recuperación de un monasterio asturiano del siglo XV
Artículo puesto en línea el 19 de febrero de 2006
última modificación el 1ro de octubre de 2006

por Prenseru

19/2/2006
La Nueva España

Santa María de Raíces, la recuperación de un monasterio asturiano del siglo XV

Arqueólogos, trabajando en la zona de la iglesia de Raíces.

ALEJANDRO GARCÍA ÁLVAREZ BUSTO/ IVÁN MUÑIZ LÓPEZ
Durante los meses de agosto y septiembre de 2005 tuvo lugar la primera fase del proyecto arqueológico de Raíces, que forma parte del proyecto de rehabilitación arquitectónica dirigido por el arquitecto Félix Gordillo. Los trabajos realizados han permitido recuperar un asentamiento monástico del siglo XV, del que se conserva en pie gran parte de las estructuras. Estas labores arqueológicas abarcaron la excavación y la lectura de paramentos. A su vez, se han coordinado las investigaciones desarrolladas por un amplio número de científicos, entre los que se cuentan geólogos, palinólogos, paleontólogos, antropólogos y numismáticos. Este esfuerzo común, que se encuentra en plena gestación, tiene como fruto uno de los análisis más completos que se hayan hecho sobre un yacimiento arqueológico medieval en Asturias. En el presente artículo se ofrecen las primeras valoraciones al respecto.
El pasado altomedieval (siglos X-XII). Entre los siglos X y XII se construye en un espacio de dunas bañado por el mar una primitiva iglesia de Santa María, cuya primera cita se recoge en un documento fechado en el año 905. Esta iglesia va a ser concedida antes de 1181 a la orden de Santiago, junto con un coto o término jurisdiccional adscrito. No se han podido localizar vestigios arqueológicos de esta fundación, que seguramente presentaría una construcción muy modesta. Por otra parte, los análisis arqueológicos han llevado a refutar la atribución románica de la triple arquería correspondiente a una sala capitular. Dicho capítulo era asociado a la llegada santiaguista.
La fundación del eremitorio franciscano (siglo XV). Damos un amplio salto en el tiempo y nos situamos en las primeras décadas del siglo XV. En torno al año 1413, un noble de Avilés, Fernando González de Oviedo, funda en el lugar un eremitorio franciscano. Los análisis arqueológicos han llevado a la localización de un alto porcentaje de estructuras originales del siglo XV, que representan la fase más antigua conservada. Entre las dependencias estudiadas se cuentan la nueva iglesia de Santa María de Raíces, levantada en estos comienzos de la decimoquinta centuria; la sala capitular, a la que corresponde la triple arquería de medio punto; como hallazgo de gran importancia se suma el espacio palaciego, con la fachada nobiliaria blasonada por el escudo de los González de Oviedo; finalmente, hemos de añadir un sector de claustro que ha sido reaprovechado por los distintos caseríos de Raíces Viejo.
Labores de recuperación de la fachada palaciega construida a comienzos del siglo XV. Para estas obras se emplearon canteras situadas en las inmediaciones, de las que se extrajo principalmente arenisca, utilizada tanto para la fábrica pobre de mampuestos como para los elementos arquitectónicos de mayor dignidad, donde se sirvieron de sillares muy bien trabajados.
La fase mercedaria (siglos XV-XII). A mediados del siglo XV los frailes franciscanos son expulsados y en su lugar ocupan el eremitorio de Raíces los frailes mercedarios. Son ellos los que dotan al conjunto del nombre con el que va a ser conocido a partir de entonces: monasterio de Santa María de la Merced.

En el siglo XVI se levanta una nueva fachada monumental, que cuenta con un impresionante trabajo de sillería en la puerta de entrada, coronada por la celda del comendador y el escudo de la Merced. A esta fase corresponde igualmente la transformación de la sacristía eclesiástica en panteón funerario de la familia Alas Pumariño, bajo denominación de capilla de Nuestra Señora de la Luz.
El abandono: los orígenes de Raíces Viejo. A fines del siglo XVII los frailes mercedarios se trasladan al nuevo convento situado en el barrio avilesino de Sabugo. La capilla de la Luz mantiene las funciones funerarias hasta comienzos del siglo XIX. Pero los nuevos protagonistas son los campesinos de Raíces, que ocupan las dependencias y cultivan las tierras mercedarias. En el siglo XIX, los bienes monásticos son desamortizados y adquiridos por los propios vecinos del lugar. Las estructuras del eremitorio son reaprovechadas en los nuevos caseríos, algo que ha permitido conservar intacta gran parte de las construcciones monásticas más antiguas.
La vida cotidiana. Entre los siglos XV y XVII, la comunidad monástica que habita el eremitorio no supera en algunos momentos los tres miembros y su vida es precaria. El clima y las condiciones naturales son insalubres. El monasterio se halla rodeado por un húmedo espacio de marismas que en pleamar es inundado por las aguas.

De esta vida colectiva, en la que participan de igual forma los campesinos del entorno, nos han quedado testimonios como las monedas portuguesas de los siglos XV y XVI. También se ha localizado un modesto, pero precioso anillo de bronce con decoración espiraliforme, una medallita infantil con la imagen de la Virgen María y restos de ropajes, como corchetes y pequeños retazos de tela y cuero.
Entre los siglos XV y XVII se fechan los enterramientos exhumados en distintas partes del complejo, que corresponden a restos de unos 40 individuos. La mayor parte tiene carácter popular y consisten en fosas simples excavadas en la propia arena.
Pero uno de ellos, localizado en la capilla de Nuestra Señora de la Luz, es de carácter nobiliario y resulta un hallazgo de enorme singularidad: se trata de un doble enterramiento en ataúd, formado por un ataúd mayor que guarda los restos de un individuo anciano y dentro de él un ataúd menor con el cuerpo de un niño de cinco o seis años de edad.
La segunda fase del proyecto Raíces: el castillo de Gauzón. Tras los análisis arqueológicos, llega el turno de la rehabilitación arquitectónica del monasterio de Santa María, que tendrá lugar en el presente año 2006. De igual forma, en el verano de 2006 daremos inicio a las excavaciones en el peñón de Raíces, labores que permitirán recuperar para el concejo de Castrillón, para la comarca avilesina y para el patrimonio asturiano, uno de sus yacimientos más emblemáticos: el castillo de Gauzón.

Alejandro García e Iván Muñiz son los arqueólogos directores del proyecto de Raíces.